
Yo destroce mis pies haciendo la Caminata pal'pino, como decimos allí, con dieciséis añitos y acompañada de Teri, allí, en la carretera, justo en una de sus curvas, quien sabe si cerca de Tamaraceite, quizás por el Risco el Negro o cerquita del Barranco el Pino, ademas de descubrir que ir al Pino cansa muchísimo, conocí a alguien que me hizo crecer.
Destroce mis pies, mi garganta y un tobillo. Todo daba igual, había que hacerlo, era imprescindible, nos sentíamos mayores y era nuestro año. Engañamos o creímos engañar a los viejos y nos pusimos las John Smith, los vaqueros y el "pullover" de tres botones blanco y haciendo el menor ruido posible, tiramos Pal'Pino. Nos juntamos con el resto que iba provisto de ron miel, vino dulce y bocatas. Debo admitir que no probé ninguno de los bocadillos, pero no paso lo mismo con el ron miel, hacia frío y había que caminar muchísimo.
El camino era duro, pero las isas y las folias acompañaban y entre risas y empujones íbamos haciendo el camino, en una de esas curvas, vete tu a saber donde exactamente. Aunque años después los dos jurábamos saber exactamente que curva era, conocí a uno de los amores de mi vida. Al primero.
Dios como me enamore de el. Era genial, divertido, cariñoso, detallista, guapísimo, otra vez divertido y tan sensible, tan encantador que hizo que el resto del camino hasta llegar a Teror, yo no sintiera los pies, ni el frío, ni siquiera la famosa "sorimba" esa lluvia que parece que no moja pero cala.
Y como me destrozo el corazón. Dos años después yo volaba rumbo la península huyendo de el y de todo lo que pudiera hacerme recordarle. Nadie hasta ese día me había hecho llorar y buscar venganza como lo consiguió el con su sonrisa, con sus ojos azules y sus palabras al oído. Hasta ese día de la caminata a Teror, todo a mi alrededor era felicidad, aventuras de cría que con un roce de manos y una barra de labios rosa pálido por San Valentin, creía conocer el amor.
El Pino me enseño a aguantar el dolor de piernas, de espalda y con el... como convivir con el corazón partio. Fueron dos años llenos de amor, aventuras, teatro, risas y reproches, mimos y descubrimientos, buenos y malos. con el me hice mujer y tan enamorados estábamos que hacíamos oídos sordos a los avisos de los amigos. A mi me decían continuamente que mirara mas allá, que escuchara bien, que pensara, que se me escapaban datos y fechas, que no estaba viendo lo que todos tenían claro.
A el, que pensara, que no podía ser, que se diera cuenta y decidiera. Que todo era muy bonito, pero que no iba a funcionar, que fuera claro y sensato. Que las cosas no eran así, que la vida era larga y había que tomar decisiones. Las correctas. No sigas por ahí. Sois jóvenes para vivir juntos. No saldrá bien.
Lo que me decían a mi, lo se desde hace.... un par de añitos.... bueno, mas, bastantes mas. Lo que le decían a el, me entere hace poco, el 25 de Julio de este año. Me lo contó un amigo común, después de decirme que el estaba mal, que estaba malito desde hacia tiempo.
Ni el ni yo hicimos caso a los consejos de los amigos. Seguimos queriéndonos y peleándonos sin motivo alguno. Disfrutando de los ratos que nos dejaban, de los viajes y los escondites en los teatros. Esa gira de teatro por las islas nos dio lugares y momentos para no olvidar jamas. Pero también dio tiempo y motivos a los demás para hacernos ver que no era posible. Y de una manera nada delicada me pusieron en bandeja el único motivo que me podía hacer desistir de seguir a su lado.
Fue horroroso, durisimo y sin anestesia. A las bravas y en una cálida noche de Mayo dejaron caer sobre mi, la cruda realidad. No era posible y ahí estaba el motivo. Abrazado a el y besándolo con tanto ímpetu como si fuese yo, mas rubio y mas alto, eso si. Y sin tacones. Tarde poco en salir corriendo y al llegar a la calle lo único que quería era poder dejar de temblar. Mierda de noche en la que dejamos el Munich sin cervezas, que para lo único que sirvieron fue para dejarnos sin la paga semanal, porque no suavizaron el golpe.
Tras el dolor llego la rabia. Como me había engañado de esa manera? Porque tenia que seguir viéndole, viajando con el? Y entonces llego la medicina ideal para sanar. La venganza. Mala idea, lo se. Pero en ese momento era lo que hacia que me moviese, que pensase, que sonriera, aunque solo fuese por la inercia que me provocaba la rabia y las ganas de verle igual de hundido que el me había dejado. Me vengue y no me sentí mejor, después de ver su cara y la de Jaime me sentí vacía, triste y ruin. Cosa que con los años he agradecido, porque si alguna vez deseo vengarme de alguien, siempre, siempre pienso en lo que pueden sufrir los que están alrededor de la victima e incluso en ella. Si quiero venganza es porque algún día quise a esa persona. Si de verdad la quise, no quiero hacerle daño.
Años mas tarde nos vimos en Madrid. Mejor... me vio y me llamo como siempre lo hacia:
'Nani', Juro que pensé que no era a mi, en Madrid? Imposible. Pero insistió una y otra vez y lo hizo gritando, hasta que me gire y le vi. Seguía igual, era como retroceder en el tiempo. Hablamos, me excuse y entre en el metro sin darle mas datos que el lugar donde estaba haciendo un curso para el trabajo. Se presento allí a la hora de comer y me pidió el telefono, me pregunto por todo lo que se le ocurrió, me contó y me pidió disculpas, me siguió contando e intento explicarse.
Consiguió mi numero de telefono y volver a robarme la sonrisa. Logro una cena para conocer a los nanos, siguió lanzando indirectas, regalándome abrazos y encabronando a Pedro con los besos en los labios.
Hoy me ha llamado un amigo para decirme que ha muerto.
He sentido un crack dentro de mi, se que la herida que con tanto cuidado trate de cerrar, seguro tenia un pequeño hueco. Porque le quise tanto, porque me quiso muchísimo. Porque la vida te da razones y tu prefieres ver la magia, olvidar lo malo y recordar los ratos, los gestos.
Hoy llorar no sirve, recordar duele y sonreír es imposible.
Hoy el "Me voy Pal'Pino" va por ti.