
He estado casi una semana sintiendo miedo al cerrarlos.
Por mas que todos me dijeran que no pasaba nada, que yo estaba bien, que el problema no era tal.
Yo seguía dándole vueltas una y otra vez, revivía el momento, si cerraba los ojos, podía sentir incluso la tensión, el miedo, el golpe, el ruido, podía ver las caras de la abuela y los nanos...
Luego, de forma inmediata, por mi cabeza pasaban números, mas números... demasiados números. El mecánico, Jose, un hombre paciente de mas, pedía piezas y yo solo veía números. El daba facilidades y yo veía problemas.
Mi Zorronico, llamaba, Juanki, Victor, Keka, Javi, Fina, mi Cuki... todos me querían animar, todos intentaban hacerme ver que podía haber sido peor, que al fin y al cabo solo había que arreglar al Rollo. Y el pobre Rollo estaba allí, en alto y con luces que enfocaban todo lo que tenia roto, con todas las tripas fuera, aparentemente no tenia nada, pero por dentro estaba hecho cisco. Se me saltaron las lagrimas cuando lo vi allí subido, todavía soltando algo de aceite. Tenia arreglo, era cierto.
También tenia razón El Chispin al decirme que ya !!! Que si volvía a llorar se tendría que poner serio.
Juanki con su paciencia de siempre, con su comprensión... solo preguntaba como estaba. Ana insistía en que si ella no veía el problema, es que no había problema.
Y mira por donde, el sábado todavía con mi problema en la cabeza, me fui a tomar unos quintos con ellos, para pasar la tarde... para tratar de dejar la mente en blanco. Solo un ratito... para cenar volvería a casa con mis problemas, mis números, mis piezas, eso si, en coche... gracias a mi Zorron y su Cordoba. (Gran amiga y gran coche).
La tarde empezó con risas y un cubata y acabo tarde, muy tarde o muy temprano, segun como se quiera ver, eso si, con risas también.
Y mira por donde todos tenían razón, no es que no sea un problema tener mi rollo quieto, comatoso y a la espera de trasplantes de todo tipo de piezas. Eso es un problema o lo seria si no tuviese AMIGOS dispuestos a dejarme su coche, a darme ánimos, a buscar piezas y soluciones, a darme incluso una reprimenda, seguida de besos.
Pero si era cierto que no hay porque estar única y exclusivamente dedicándose a recrearse en el jodido estado del Rollo.
El sábado pude reírme, charlar, cenar, brindar, llorar, ponerme tontica, volverme a reír, a charlar... vamos que fue una noche de sábado divertida, en la que me olvide por un rato de desguaces, talleres, cuentas, líquidos (de frenos, de aceite...) para pasar a brindar con otros líquidos mucho mas frescos y espumosos.
Fue una noche que tuvo de todo, confidencias en un almacén, abrazos y besos mezclados con unas definiciones muy claras de lo que es la amistad, el cariño, lo que se quiere cuando se quiere de veras, todo ello con la complicidad que te da una barra (Zorronico, Te Quiero una Jartä), risas y acidez también en la barra o sobre la barra... o de todo un pisquito, alguna que otra bronca (si no hubiese sido así, no seriamos nosotros), llamadas inoportunas (o quizás muy oportunas), e incluso un desayuno con cerveza y cigarro.
¿Se puede pedir mas? No.
Si alguien me preguntase. Fue una noche fantástica??? Sin dudarlo contestaría:
CORREECTOOO... AFIRMAATIVOOO !!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario