
El se decidió a quitarle la camisa, despacio, muy despacio. Ella se dejaba hacer, primero las mangas, con tal delicadeza que apenas si la rozaba, para luego tirar del resto y dejarla sobre el asiento. No tenían prisa, así que empezó a acariciarla, espalda, los hombros, bajando suavemente hasta encontrarse con un sujetador de encaje negro. El roce de sus dedos sobre sus pezones hizo que ella le apretara todavía con mas fuerza la espalda, pero no pareció importarle, el seguía acariciándolos con la yema de sus dedos de tal manera que ella creía flotar, sin que el lo pidiese se desabrocho el sujetador tirándolo al suelo, busco sus manos y le invito a seguir.
El se hacia de rogar, escondía las manos, le hacia cosquillas.
Así que vamos a jugar - susurro ella con la voz entrecortada por el deseo - pues juguemos los dos.
Entonces empezó a acariciarle el pecho, jugaba con su vello, como antes lo había hecho con su cabello, deslizo sus manos hasta su miembro y empezó a acariciarlo suavemente, primero por encima del pantalón, lentamente, tomándose el tiempo necesario para hacer que el deseara hasta tal punto que siguiese con sus caricias que levantaba su pubis pidiendo sin palabras que le desabrocharan el botón y la cremallera.
Después de recrearse en caricias, dejando su miembro para volver al pecho, su espalda, volvió al miembro, esta vez con besos cortos, pero deteniéndose en cada milímetro, lentamente desabrocho su pantalón, jugaba con el botón, la cremallera, hasta que por fin la tuvo abierta del todo, entonces introdujo su mano por dentro de los calzoncillos..."
Pues eso, hoy buscando unos papeles, he descubierto una carpeta donde entre otras cosas he encontrado dos cuentos, escritos en épocas y para personas muy diferentes. A uno de ellos pertenece ese fragmento.
Los he vuelto a leer, el del fragmento anterior me ha hecho sonreír, la copia digital esta completamente eliminada y en papel hay dos copias, una la tengo yo y la otra... supongo que estará también eliminada, aunque supongo también que el destinatario recordara el final del cuento, haciéndole esbozar una sonrisa.
La otra... buuuuuuufffffff... pues espero que también la hayan hecho desaparecer, yo después de leerla he abierto muuuuchooo los ojos, he soplado y resoplado varias veces y he pedido al universo que haya sido volatilizada de cualquier manera, rota en pedacitos, quemada, ahogada, bombardeada. Da igual la manera.
Entre todos los papeles he visto y leído otros muchos cuentos o relatos, todos ellos llenos de momentos, personas y situaciones. Todos ellos fácilmente explicables, todos y cada uno de ellos, incluidos estos dos a los que me refiero, fueron escritos con todo cariño y sabiendo que los destinatarios iban a sonreír y reconocerse en ellos.
Pero también he pensado: Joooodeeer, lo mismo que los he encontrado yo, pueden encontrarlos los nanos...
Y sinceramente, estos dos cuentos, relatos cortos o como se quieran llamar, son dos con los que los colores me tiñen las mejillas.... que digo las mejillas, toda la cara, así que en cualquier momento, uno de estos días y con cierta tristeza, los haré desaparecer del modo que me parece mas digno.... serán quemados.
Porque la imaginación, es siempre maravillosa, eso mis nanos lo han oído hasta la saciedad, lo saben y hacen gala de tenerla y disfrutarla, pero leer que tu madre escribe estas cosas, por muuuu loca que este, por muy moderna que sea, por mucha imaginación que tenga... obviamente no les iba a traumatizar, pero tampoco les iba hacer mucha gracia.
Que triste es tener que renunciar a algo divertido por no oírles repetirte.... Mama, no es necesario, para.
Así que, una no volverá a escribir este tipo de cosas en un futuro ni bajo encargo (me conformare con leer 50 sombras de Grey, que aunque su autora es madre de dos adolescentes, ella tiene la gran ventaja de que su señora madre, loca, imaginativa, moderna.... ha ganado un dineral con sus "imaginativas perversiones").
Yo me dedicare a los cuentos castos.
Amen.
1 comentario:
Uno es Manolo, me apuesto lo que quieras, el otro, después de leer lo de las perlas y el chocolate, prefiero pensar que soy yo, es mucho mejor.
Lo dicho, ponlos enteros.
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