martes, 29 de noviembre de 2016

VIVOS DE MILAGRO

Hoy me ha enviado mi Zorronico un vídeo que me ha hecho pensar seriamente lo fuertes, atrevidos, insensatos y maravillosamente libres que fuimos de niños.


Recuerdo los viajes en un coche pequeño y alquilado para ir desde Madrid a Alicante o a Barco, los primeros por ser interminables. A la velocidad que íbamos, teníamos que parar varias veces. Bocatas, fantas, hacer pipi, estirar las piernas... jugábamos al veo veo, a las capicuas, teníamos tiempo de pelearnos varias veces y reconciliarnos algunas menos o recibir un sopapo desde el asiento delantero. A día de hoy no consigo entender como mi madre podía llegar a darnos a los dos con lo pequeña que es.

La radio era insufrible....El Carrusel Deportivo nos acompañaba a la par que la Jurado y Manolo Escobar, si teníamos calor, abríamos las ventanas y sacábamos la cabeza para sentir todavía mas este calor asfixiante de la Península Ibérica.

El trayecto a Alicante era aburrido, el de Barco una aventura al subir los puertos. Si te tocaba un camión delante, solo podías oír al abuelo quejándose de que el coche iba arder de un momento a otro. Pero no ardía, tampoco nos paso nada por no llevar las silletas ni los cinturones, como mucho un chichón al dejarnos llevar en las curvas y gritar desaforados... entonces mamá se quitaba la zapatilla y con una puntería digna de Robin Hood, nos atizaba sin pensar que estuviera amenazando nuestra integridad física.

Eso si, una vez llegábamos la diversión, el peligro, las aventuras estaban servidas. Nos convertíamos en salvajes, seres indomables que disfrutaban de sus vacaciones. Eso significaba días enteros en el río sin respetar la hora de la digestión, que viniendo de Las Palmas, ya informamos a los primos que si te metías rápido y sin pensarlo, jamas notarían que no habías esperado porque no pasaba nada, mucho menos si ellos jugaban al mus o roncaban la vuelta a España. Jugando a vaqueros e indios con arcos y flechas hechos con ramas a los que mis primos, sacaban punta con la destreza necesaria para que los mayores nos tuvieran que curar en mas de una ocasión y arrear con el temible rabo de toro a los culpables de tal temeridad. Estos acusaban sin compasión a las victimas por no ser lo suficientemente rápidos y listos a la hora de esconderse. 

Cerca de casa de mis tíos, habían dejado abandonados varios carromatos de un circo supongo que avenido a menos. En ellos montábamos nuestras chozas, tiendas, garajes... con piedras, barro, madera. Mas de uno se corto, llego a casa chorreándole sangre la rodilla o el codo, alguno se clavo alguna púa, supongo que nada higiénica. Bebíamos agua del río, del grifo, de las fuentes, de la piscina y los dolores de tripa nos los curaban con arroz blanco, patata y zanahoria cocida y la prohibición de meternos en el agua mientras siguiéramos malos, con lo que se aseguraban una rápida recuperación.

Al ser la única niña en ambas familias, me libre de muchos "arrestos" y azotes, aunque debo reconocer que me merecí alguno mas,... bastantes mas... muchísimos mas, pero descubrí pronto que los asilvestrados de mis primos y hermano no sabían lidiar contra una carita con pucheros, gafitas y coletas con unos adorables lazos verde manzana. Esa batalla siempre la perdían porque los mayores me defendían a capa y espada, las de indios y vaqueros no. Ahí siempre acababa atada a un árbol recibiendo flechas o piedras. Maravillosa puntería tenían los cabrones para apuntar con una pistola hecha con pinzas, palos y elásticos.


Todo eso en la mas tierna infancia, donde yo aprobaba todo con nota y solía parecer la mas tierna de las niñas, la mas obediente y generosa. En esos años aprendí a amar la lectura, me creía una naufraga en la Graciosa o compartía aventuras con Los Cinco.... supongo que gracias a no disponer de la maravillosa red. A día de hoy y pudiendo descargar libros, sigo prefiriendo pasar pagina. Disfrutar de ese olor a libro nuevo, sigo conservando la suficiente y maravillosa imaginación para convertirme en uno de los protagonista y saborear el peso y la magia de un libro.

Después llego la adolescencia, otra etapa que no tiene nada que ver con la que viven ahora los críos.
Arrincone a mis Nancys y las cocinitas, el Mortadelo y Filemon y el Capitán Trueno, la bici y la colonia Nenuco, para empezar a dar guerra en casa con las pandillas, el maquillaje, los secretos, las llamadas interminables de teléfono /(fijo y carisimo si las llamadas eran a la península) "Gitana, que es conferencia y me va a costar un riñón" repetía mi padre, mucho mas benévolo que la vieja, que se limitaba a gritar y amenazar con desconectarlo. Las primeras verbenas, las romerías, las escapadas de noche a la playa, el teatro y las acampadas entre otros muchas peligrosas aficiones.

Reconozco que esa época tuvo que ser dura para mis padres. Su niña se volvió respondona, rebelde y malcriada... eso decían. Las notas eran un suplicio y las reuniones con los profes una clara y directa sentencia. "Arrestada hasta que apruebes todo, olvídate del teatro, de la playa, de los amigos, de la esquina y los Lee que te íbamos a comprar", todo esto acompañado de las repetidas razones por la que se me castigaba. "Es por tu bien, tienes que pensar que no es por mi, yo tengo mi vida hecha, tus profesores dicen que puedes..." Mis padres no iban a pedirle explicaciones a D. José Perez al cuadrado, profe de mates, ni a mi tutor, un señor encantador que hizo que me encantara escribir y que con 14 añitos me regalo mi primer diario.... costumbre que me llevo a mas de un problema, porque no había facebook, ni instagram, por supuesto el "guasap" era impensable, pero las pruebas de los delitos quedaban escritas y el anormal de mi hermano jamas fue discreto, ni respetuoso con mis cosas, ademas era un chivato que no aprendía ni a tortazos. Jamas me llevaron a un psicólogo para que investigara los motivos de  mis malas notas... azotes y castigos hicieron que decidiera que la única opción era estudiar o estudiar.

La primera borrachera era siempre con amigos y te la pillabas con calimocho y dos buchitos de ronmiel, nadie entraba en un coma etílico, porque te llovían las hostias al llegar a casa borracho o con olor a tabaco. Todavía recuerdo el día que mi padre se asomo al balcón para verme coger la guagua y al verme salir del zaguán descubrió que su niña había cambiado los vaqueros por una minifalda y las John Smith por unos tacones. El "Ana Belén" que grito nos dejo petrificados a todos. Obviamente mi tarde-noche de discoteca se acabo en ese instante. En el interrogatorio admití tener un neceser en la luz del ascensor para pintarme los ojos y labios  y las preciadas prendas de vestir eran lógicamente prestadas por mi cómplice y amiga Odra, vecina del quinto y con unos padres mas liberales que los míos.

Aquel día llore como una niña pidiendo clemencia y asegurando que ya era mayor, también estoy segura de  que allí, ese mismo día, mis viejos descubrieron que tenían mucho por lo que temer y comenzaron las persecuciones, los tratos, las excusas, interrogatorios, promesas, venganzas... por uno y otro lado.

Agradezco el marcaje estricto al que me sometieron, hoy admito que era necesario porque yo no era una presa fácil y con excusas, promesas incumplidas y demás fechorías, iba adquiriendo destreza y un poco mas de libertad, aunque me vi obligada a buscar cabinas telefónicas, casi cumplir horarios y aprobar aunque fuese en septiembre. Doy gracias a que la tecnología no estuviera tan avanzada. Como me hubiese librado teniendo móvil, guasap o la posibilidad de que el espía de mi hermano tuviese acceso a las redes sociales???

Cierto es que como madre, estoy mucho mas tranquila teniendo a los Nanos llamables, localizables, que no localizados, pero por supuesto tengo claro que como Chenoa... Cuando ellos van, yo vuelvo y que ellos obviamente me las dan con queso cuando  pueden, que suelen ser muchas. Porque por mucho que hayan cambiado las cosas, la tecnología, la forma de ver el mundo, las leyes y las modas, los adultos siempre verán el peligro y las posibilidades de drama y los críos, los adolescentes verán las ganas, aventuras, opciones de risas y la ausencia de miedo.

Supongo que en el fondo las cosas no han cambiado tanto, por lo menos en lo que concierne a las relaciones y reacciones de papis y monstruos. Ya que pese a todo, ellos siguen siendo fuertes, atrevidos, insensatos y maravillosamente libres. 








viernes, 11 de noviembre de 2016

UNA ROSA

Llevo tres semanas con un catarro horrible, de esos en los que empiezas pareciendo un Trol lleno de dolores musculares que te obligan a dejar caer los hombros y parece como si  los brazos se te alargasen igual que a ellos, sintiendo que las manos te llegan hasta las rodillas sin ningún esfuerzo, los mocos  te hacen hablar de una forma rarisima y a su vez te dejan nariz y labios enrojecidos... básicamente un Trol.


Después llego la fiebre, las toses y las agujetas... osea un cuerpo escombro, cuando los dolores y la fiebre dejaron de hacerme ir dormida pareciendo un perroflauta dopado, apareció una ronquera que dio pie a las consiguientes bromas de "Paco deja el camión aparcado y vente a tomar un Belmonte".

En esa fase la voz se iba perdiendo hasta desaparecer por completo hacia las seis de la tarde, cosa que agradecíamos todos porque atender a clientes en directo era casi llevadero, pero oír por teléfono a un "señor de voz grave" llamándote corazón daba pie a muchas y variadas confusiones.

A día de hoy mantengo una voz un pisco rarita... un poco mas yo, que cierto es que jamas he tenido una voz dulce, aterciopelada, fina... pero de ahí a lo Bonnie Tyler después de una noche de ron y Lucky Strike hasta el amanecer... dista bastante.

Bueno, este casi mes que empezó a mediados de Octubre y sigue dejando huella en mi, no impide que disfrute de mi mes. Si, lo disfruto pese a que mi Jefe se este portando como un verdadero capullo integral, no me hace perder la sonrisa el hecho de observar que cuanto mas conozco a las personas mas sentido le veo a mi dureza a la hora de considerar a la gente AMIGOS.

Noviembre se acaba y con el daré por finalizada la temporada de sol, mar, pocas horas de sueño y de vida. Diciembre promete darme tiempo para dormir, disfrutar de amigos, de aficiones, para poner en orden las muchísimas cosas que aparque en abril y ahí siguen, llenas de polvo y temporalmente olvidadas.

Pero para que obviarlo o tratar de esconderlo, este mes, en seis días para ser mas exactos cumplo años. 50 (esto hay que leerlo ladeando un poquico la cabeza y con los labios haciendo una mueca que no se como explicar, pero que queda igual que la cabeza... ladeada). Todavía me parece raro hasta decirlo, no digo nada sobre el escribirlo. Parecen muchos, pero como me dijo Juanki, solo es la mitad de la carga de una batería, de un vaso de agua o ronmiel. Es solo un numero y pensando solo un pisquito en los 40, prefiero estos. Estoy mucho mejor y con menos marrones que cuando entre en la cuarentena. 

No ha hecho falta buscar motivos de alegria en la maravillosa red. Me siento bien, no necesito bifocales, ni ir a Benidorm y por supuesto el Vaginesil  no entra entre mis planes. Voy a ser dura pero justa. No tengo 18, mas quisiera, pero he aprendido a ser feliz con lo que tengo, con lo que imagino tendré y con lo que perdí por el camino. No necesito las espinillas, ni un primer amor o examinarme del carnet de conducir de nuevo. Ya he parido y criado y educado a dos... quizás tres. No quiero volver a pasar por la vicaria y a ser posible evitare los juzgados. Me quedan grandes las promesas que se no se cumplirán y paso de aceptar por compromiso, ya no necesito fingir que alguien me cae bien. Soy adulta y elijo con quien, donde y para que quiero estar. Puedo elegir y lo hago y he aprendido a decir que no sin sentirme culpable. También a dar las explicaciones justas, la mayoría no las entiende, no las quiere, no las escucha... y no hay porque perder el tiempo en darlas. Tengo claro lo que quiero y si no lo consigo no pasa nada... se buscan nuevas metas. Es totalmente licito mi derecho a equivocarme, tanto como a que acierte con mis locas decisiones.

Supongo que eso sera el hacerse mayor y no lo que creen muchos. Meterse en casa y ver la tele, esperar a que lleguen los hijos, las vacaciones, la esperada loto, ir al medico como el que va de quintos, olvidar sueños, aficiones y puestas de sol, para concentrarse en el azúcar, la tensión y lo largas que son las noches. Yo prefiero centrarme en lo bien que me siento, todo lo que tengo y disfrutar de ello. 

 Lo único que me falta es mi viejo, seria maravilloso verle llegar como hizo año tras año desde que yo recuerdo con una sola rosa en la mano y oírle decir "otro año mas Gitana". Eso por mucho que lo desee no es posible, pero miro a mi alrededor y la sonrisa me sorprende asomando tímidamente... Tengo tanto por lo que sonreír, por lo que ser feliz y agradecer.

Tengo dos hijos maravillosos, dispuestos a dejarse la piel por mi y los que quieren, una madre que aunque me saca de quicio me necesita y ayuda lo que no esta en los escritos. Unos amigos increíbles que están en las buenas pero en las malas mas. Un trabajo de mierda que me hace levantarme de madrugada y no me deja tiempo para casi nada mas que tratar de dormir, pero que me hace sentir útil, Una vida social muy poco concurrida, algo escasa, pero intensa en los pocos y  pequeños momentos que comparto con cada uno de esos diamantes que conservo casi en secreto, como el mejor tesoro que alguien puede poseer.

De vez en cuando me permito el lujo de hacer algo que me apasiona, relaja y divierte. Escribir en este blog casi secreto, solo para unos pocos o en secreto total para otros o tan solo para mi, se que no lo hago bien, pero tampoco mal del todo, así que seguiréis sufriendome en secreto, en silencio... como las almorranas. Es lo que toca de momento, porque la diversión no se acaba a los 50, es mas... creo que esta década me voy a divertir muchísimo mas que en la anterior, no creo, estoy segura de que os vais a hartar de mi, de mi alegría, mis ganas, mis risas, porque no puede, no debe ser peor que la anterior.

Os espero para celebrar mis 50... porque coño... los llevo muy bien y eso en parte es por vosotros.

Se os quiere.


VA POR TI AMIGO

 Hola corazón, si estas leyendo esto es porque te lo mereces, bueno, porque yo creo que te lo mereces que no siempre es lo mismo. Sinceramen...