domingo, 31 de marzo de 2019

CALENTON

He empezado algo así como seis veces el principio de este post. Se lo que quiero decir, pero no se muy bien como decirlo.

Situémonos, Cabo de Palos, mañana de sábado ventoso, poco que hacer en el centro, lo que se dice un día raro. El guasap lleva toda la mañana regalándome campanitas, hoy comemos juntos parte de    "Los míos de Palos", así que los mensajes entran sin parar mientras yo trato de enseñar a la que se supone sera mi compi y me librara de algo de trabajo en la temporada dura... 

Nueva llamada de atención del guasap, alguien me pregunta si estoy trabajando y obviamente contesto que un poco, no  hay que dramatizar que todavía estamos en Marzo y tampoco es que nos deslomemos a currar. "Los míos de Palos" empiezan a llegar y me salgo a fumarme un cigarro, mientras hablamos de donde y quienes vamos a ir a comer, a lo lejos, alguien me saluda.

Hasta ahí, todo normal, lo raro empieza al oír su voz. Que cojones tiene su voz que me pone a mil??? Puedo decir sin miedo a equivocarme que esto no me pasa con frecuencia, es mas, solo me pasa con otras dos personas , uno un alumno de Open que finalmente resulto ser gay, encantador, detallista, alto, guapo y con una voz increíble, pero gay y otro Kutxi Romero, el vocalista de Marea, que no tengo el gusto de conocerle... ni ganas, ya tengo "Cada dos minutos" cuando quiero oírle.  Y luego esta el.

Increíble, es oírle preguntarme como estoy y sentir unas ganas locas de abalanzarme sobre el y disfrutar, de hacerle disfrutar, da igual donde este, con quien... tengo que hacer duros y extrictos ejercicios de concentración para evitar hacer locuras debajo de la mesa, encima de la mesa, a un lado... así que no paro de contarle cosas, de hablar cual loro desquiciado que no deja espacio para que el cuente algo relativamente largo.

No se si esto es un problema o no, ademas no tengo ningún interés en averiguarlo, cierto es que ayer por la tarde perdí un buen rato en pensar una solución para controlar el fuego interior... veeengaaa... vaaaaleeee... llamemos a las cosas por su nombre, quería encontrar algo que me haga no tener que estar hablando de cosas que aveces me parecen soberanas gilipolleces para evitar que me note el tremendo calentón que me entra cuando le oigo decir mas de tres palabras seguidas.

Pooobreee... ayer por ejemplo, uno en frente del otro, yo totalmente pegada al respaldo de mi silla y la silla algo separada de la mesa, una postura muy extraña en mi, que siempre me pego a la mesa y suelo poner las manos donde se me vean, que pá eso las tengo. El escuchando mi verborrea atentamente, algunos momentos intentando meter baza y yo... cuando lograba que le dejase hilar dos frases seguidas, controlando las ganas de arrimarme a la mesa y deslizar mis manos hasta su paquete, así que marcha atrás... ya no puedo pegarme mas al respaldo, somos casi una simbiosis... respira, háblale del divorcio del Jefe, pregúntale por su espalda.... noooooo... alto, no toques ese tema o te pondrás todavía mas cardíaca. Chupa el Pedrito, eso te da un pequeño margen...venga Ana, háblale del tiempo o de como te reíste con tu Cuqui, canas, uuuummmhhh pues te sientan bien... bautizo... menudo calentón tienes corazón, piensa en listas, horarios, titulaciones, verano lleno de trabajo... noches de playa, masajes.... freeeenaaa, ahora tienes que volver al trabajo y no es época de duchas frías.

Tienes que cambiar la carta que escribiste para el, efectivamente todo lo que hay en su carta es cierto, pero también tiene derecho a saber que era el Harry Potter de tus calentones, que no le hacia falta ni la varita, que solo con lanzar tres hechizos sin sentido te ponía tan caliente que te olvidabas del mal tiempo, de las interminables horas de verano y hasta de la fecha de tu cumpleaños. No se te da tan mal escribir como decirle cosas a la cara, aunque tampoco se te da mal hacerle disfrutar, vaya tela, después de tantos años te es mas fácil chupársela
que llamarle para tomarte una cerve.

Entre todas las gilipolleces que pensé ayer como ideas maravillosas hay una que por lo menos es graciosa, la opción de pedirle me grabe un audio de varios minutos. Así cuando venga un cliente pesado, valiente de mas y educado de menos, de esos que te hacen temblar de rabia y con los que al final por no soltarles tres frescas, tienes que ir al baño a llorar... en ese momento, me pongo su audio y en vez llorar de impotencia... quizás mi mente deje de pensar y logre un 77777. 

Joder si funcionase seria muchísimo mas eficaz que los antidepresivos o mas sano que las cervezas y sobre todo mucho mas practico y me dejaría lógicamente mucho mas contenta y tranquila.

Bueno, lo dejo ya... que al final me pongo otra vez a mil y no esta el día para chingurris.

LA CUCHARITA

Se supone que uno tiene que escribir sobre todo, sobre lo que le gusta, lo que le da miedo, lo divertido y por supuesto también lo que te cabrea.

Y ahí es donde quería yo llegar. Hace muchísimo que no escribía nada y tengo que admitir que ha sido por puro cansancio, cuando llegaba a casa no tenia ganas nada mas que de ducha y cama. Si, demasiado tiempo, desde Junio, parece que es imposible que no hubiera cosas sobre las que escribir y es cierto, hay mucho sobre lo que hablar pero por unas cosas u otras no lo he hecho.

Tengo pendiente un post super especial sobre mi viaje a Bolonia, o el porque y el como de este final de temporada, también como no sobre el verano de cámara... en fin, muchas cosas, pero vamos a lo que vamos. Hoy escribo sobre el racaneo llevado a grados superlativos, o lo que es lo mismo ir de Feria bajo mínimos... que digo... los sobrepasamos, los superamos con creces.

Nos vamos pa Madrid con un puñado de tripticos del año la polca, unas veinte pegatinas y tarjetas mondas y lirondas, no muchas, cierto es que ni con las tarjetas tiramos la casa por la ventana. Ese era nuestro equipaje en común. Por separado yo me encargue de meter en mi bolsa, no muy grande ya que íbamos para dos días y medio y de trabajo, no de fiesta. En mi bolsa obviamente no faltaba la de aseo, con desodorante, gel, champú, cepillo de dientes y pasta, agua miscelar... pa no dejar la almohada llena de manchas negras cual oso panda... pijama, que aunque no duerma con el, esta bien llevar, ya sabéis eso que dicen las madres de que hay que ir con bragas limpias y un pijama por si pasa algo... pues yo obediente me lleve el pijama, mas que nada porque llevaba una semana cabreada, muy cabreada ya que por dejadez y racaneria del Jefe y no saber  estar a la altura de las circunstancias del inepto de un anormal cliente y colaborador del centro que se supone lleva una agencia de viajes, sabia que me iba a tocar dormir en la misma habitación que la del Jefe. Camas separadas juraron y perjuraron ambos dos. Yo no las tenia todas conmigo, supongo que por mi maldad innata o porque vaya usted a saber una esta acostumbrada cuando trata con estos seres de inframundo a supervisar lo hecho o en el caso de no poder hacerlo, ir prevenida por lo que pudiera pasar.

Y así fue, después de un viaje que ya empezó mal, porque me vinieron a recoger un cuarto de hora después del horario previsto y porque en la parada que hicimos sobre las doce en vez de un maravilloso bocata véase de tortilla de papas o de lomo a la plancha nos limitamos a un cortado que sabia a miseria y desesperación, pues no contentos con eso, tuvimos que aguantar una parada de mas de hora y media debido a un accidente en el que estaban involucrados tres camiones y un coche.

Llegamos tarde a la Feria... los últimos para mas señas. Comimos un bocadillo ahora si de tortilla, pero fría y seca como la muerte a eso de las cuatro y media, ya con tanta hambre que me hubiera comido cualquier cosa. Pero aguantamos bien el tirón y sonreímos todo lo que pudimos y mas a todos los compañeros que llevaban allí desde las once, incluido a el, al que no hace ni medio año era bandera y abanderado del Centro. Un saludo tenso, escueto en palabras y muestras de cariño, lo justico pa salir del paso y vuelta a sonreír. A eso de las nueve decidieron darnos el visto bueno para salir pitando, enchufa el GPS y tira pal hotel, que hasta ese momento yo creía un NH, nada mas lejos de la realidad. 

Por supuesto las camas estaban juntas, totalmente pegadas y el Jefe se había olvidado su pijama, su cepillo de dientes y vete a saber que mas y no se atrevió a decirme. El final del viernes fue desastroso, descubrí que ya no estoy acostumbrada a ronquidos, a dormir vestida, a no poder levantarme a las cuatro de la mañana y decidir que ademas de tener ganas de hacer pis, me apetece tomarme un zumo y mirar por la ventana o ponerme una peli para dormirme. Básicamente me gusta tener toda la cama para mi sola, toda la habitación... joder que bonito y gratificante es poder hacer lo que te da la gana sin temor a molestar a nadie.

El sábado mejoro muchísimo, primero porque a las siete y media ya estaba duchada, vestida y lista para bajar a desayunar y aunque el había quedado a las nueve, desayunamos a las ocho como campeones y llegamos a nuestra hora a la Feria y sobre todo porque pasamos una velada maravillosamente divertida junto a Gigi y Alex en un restaurante muy típico del Barrio de la Latina, sin lugar a dudas lo mejor del finde la compañía del sábado.

Gigi hace que las Ferias aburridas y destroza piernas sean geniales solo por el ratito que pasamos juntos.

No hicimos la cucharita, pero si me hubiesen dejado le saco los ojos y para firmar como Murciana de adopción le rocío dentro limón a unos cuantos de ese finde.

El año que viene o lo preparo yo ... o  la cucharita yo sola pero
...con chocolate pijoooo.

VA POR TI AMIGO

 Hola corazón, si estas leyendo esto es porque te lo mereces, bueno, porque yo creo que te lo mereces que no siempre es lo mismo. Sinceramen...