Ante todo, que conste que no soy monotema, que este post es así, porque así debe de ser, sin mas, ni menos.
Pongámonos en situación:
Sobre las once y media de la noche de un domingo caluroso de mas, después de dos botellas de licor de hierbas entre licores varios, después de un día de risas y carcajadas, si, con tanto alcohol son lógicas, lo se, lo mismo que las conversaciones sobre.....
Lo siento, siempre me pasa igual, me desvío del tema, me enredo y al final tardo mas de la cuenta en acabar las cuatro o cinco historias que yo misma inicio y se mezclan entre si.
Sigo.
Sigo.
Once y media aproximadamente de la noche. Una playa del maravilloso litoral Murciano, o Alicantino, para el caso es lo mismo, siguen siendo geniales. Una luna preciosa (debo reconocer que no me percate de la misma hasta pasado un buen rato), El único ruido que se oye es el de las olas chocando con las piedras que adornan ese tramo de la playa (que bonitas e incomodas son). Una toalla, una canasto con una botella de cerveza y otra de aceite de chocolate, lo reconozco falta una música chill out, pero las olas tienen un sonido especialmente relajante, así que no supone problema y sobra la arena, pegajosa, insistentemente pegajosa si la mezclas con el aceite.
Vamos entrando en situación?
Encima de la toalla un caballero tumbado bocabajo y a su lado una dama dispuesta a darle un masaje.
Empieza por los hombros, en silencio, ya digo que solo se oía el rumor de las olas, ademas de que por supuesto para dar un masaje en condiciones se debe estar concentrado.
Hombros, espalda, trapecio, deltoides, cervicales, gran dorsal... cierto es que como se dice vulgarmente tiene todos los músculos duros, así que ella se dedica a intentar que todo vuelva a estar como tiene que estar. El se deja hacer y solo rompe el silencio al principio y con dos o tres preguntas banales que ella responde sin muchas ganas. Hay que estar a lo que hay que estar y ahora es momento de aceite y espalda. Tras dejar relajada espalda, cuello, brazos y manos, la cosa se pone tensa, no en el caballero que esta totalmente relajado, tensa se pone la dama que piensa que en algún momento tiene que dejar la espalda y ponerse con todo lo demás.
Se arma de valor, con toda claridad ayudada porque todavía le duran los efectos del licor de hierbas.
- Eeeestoooo... o te subes los pantalones o te los quitas, lo que prefieras.
Y se los quito, sin ningún tipo de problema.
Momento idóneo para volver a mirar la preciosa luna, oír las olas y pensar en cualquier otra cosa que no fuese en el caballero tumbado en la arena y al cual no dejaba de tocar por todo el cuerpo, no había poro que no hubiera frotado con aceite y un poco de arena, cierto, eso le quitaba un poco de valor al masaje y al mismo tiempo le añade:
Un masaje exfoliaste de muslos para abajo. De muslos para arriba, no entiendo el motivo, no había arena. Cosas dignas de un estudio intenso y profundo, la dama para quitarle tensión al momento se plantea la posibilidad de comentárselo a Iker, el de Cuarto Milenio.
Vamos a ver, la situación para el no era tensa, aseguro que los músculos de culo para arriba se relajaron. Los isquiotibiales también (mira que tienen un nombre feo y difícil y que músculos mas agradecidos y bonitos, cuando son bonitos claro, en este caso, afirmo eran ambas cosas).
Los triceps no estaban tan tensos, ni los flexores. Así que después de haber acabado con la parte trasera tocaba la delantera. No había marcha atrás.
- Esssstooooo... te tienes que dar la vuelta, ponte la toalla si lo prefieres.
Pero no se la puso.
Y allí fue cuando la dama cerro los ojos, se puso aceite en las manos (si con los ojos cerrados, no dicen eso de ojos que no ven, corazón que no se acelera? Pues eso pensó ella),
Inspiro como si le fuese la vida en ello y continuo intentando recordar los nombres de los músculos y olvidarse que un caballero con un cuerpazo estaba tumbado delante de ella y dejándose tocar. A esto se le llama vulgarmente calenton, lo se, obviamente nada romántico por mas luna y olas que hubiera.... no, lo que sufría la dama eran unas ganas locas de lanzarse sobre el. Pero naturalmente la dama es una dama y no iba a dar el primer paso.
Primero los del pecho: Masetero, esternocleidomastoideo, pectorales, trapecio, pectorales, se te olvida alguno, recuerda... pectorales..... Los brazos: deltoides, bíceps, triceps, Y piernas otra vez.....el psoas y el inguinal, al igual que el abdominal oblicuo no fueron trabajados por mas que resonaran en su cabeza.
-También hay músculos ahí, tienen el mismo derecho que los demás.... psoas, inguinal, aductor, aductor, psoas, aductor, inguinal...
Varias veces fue la dama a la orilla del mar a mojarse las manos para quitarse la arena, mojarse cara y pecho y respirar hondo. La brisa despeja, o eso dicen.
Seamos serios, seamos sinceros. Todo quedo en un masaje casi bien dado (los pobres psoas e inguinal poco vieron del aceite). No hubo mas. Bueno, si hubo, la dama llegado un momento decidió dejar el masaje, es difícil seguir concentrada en lo que hay que hacer cuando lo que hay que hacer te hace pensar en cualquier cosa menos en lo que hay que hacer.
El caballero, caballeroso siempre, esperó sentado en la arena junto a la dama hasta que esta se fumo el cigarro de después.... después del calentón.
Y llego el momento de MI GRAN DUCHA... todavía olía a chocolate, todavía tenia, sentía la arena en sus manos.... Agua fría, mas fría...Helada...
Debo de advertir que los personajes son totalmente ficticios y que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, es mas, puede que todo haya sido producto de mi imaginación.
Solo son reales el mar, la luna y el aceite de chocolate.
1 comentario:
¿Quien era ese caballero que te dejo con las ganas?
Yo he probado tus masajes y la ducha me la di yo.
Sigue escribiendo así, me haces pensar y reír.
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