Ayer no fue un buen día, el padre de Oscar murió.
Sin avisar, sin tiempo para despedidas, para prepararse.
Se la impotencia que sintió, el dolor, el temor. Es todo tan rápido que no tienes tiempo de pensar en ti, piensas en los demás, en como decirlo, en como llevarlo, en como hacérselo mas fácil. Lloras y sonríes al mismo tiempo porque te das cuenta de todos los que te quieren y te arropan, cada uno a su manera, cada uno como puede, como le dicta el cuerpo, el alma.
Tu sigues andando, sonriendo, llorando, sintiendo, recibiendo abrazos, frases de aliento, de animo, viendo como todo pasa a tu alrededor y te dejas llevar como en volandas.
No sabes como caminas, pero lo haces. No entiendes como puedes sonreír, pero tu boca dibuja una sonrisa. No entiendes como puedes contestar a todo aquel que te habla, ni tan siquiera como puedes oír.
Una parte de ti esta ahí, con toda esa gente que te rodea, pero otra parte esta muy lejos, tan lejos que en algunos momentos las voces, las caras, los abrazos y apretones de manos no te los dan a ti.... es a alguien que sigue de pie, que se mueve, que sonríe y contesta, que destila lagrimas.... pero tu no estas, estas arriba, lo ves desde otro lado.
Quizás, solo digo quizás, estas a su lado porque no quieres dejarle partir y te aferras a el, como no puedes en cuerpo... lo haces en alma.
Se que es difícil de explicar, de creer, quizás de entender a quien no lo haya vivido. Pero es así, luego, después cuando ya estas solo, recuerdas haberlo vivido, pero no recuerdas haber estado ahí.
Poco a poco, muy lentamente consigues asimilar que ya no esta, que no vas a volver a verle, a disfrutar de sus charlas, de sus consejos, de sus regañinas y sientes un gran vacío, un vació tan grande que piensas nadie podrá llenar otra vez y es cierto, bueno... es cierto en parte, porque aunque ese vacío en principio sea grande, muy grande, con el tiempo se va llenando.
Se llena de recuerdos buenos, de consejos, de momentos que contar a los nanos, al que esta y al que viene de camino, de abrazos entre hermanos en los momentos alegres y en los momentos duros... esos abrazos que dicen "yo también le echo de menos" tan solo con una mirada, con un abrazo apretado, lleno de cariño. También de miradas cómplices, de fotos de la mili, de estrellas...
Dentro de poco nacerá Alejandro y con toda seguridad Daniel le hablara del abuelo Antonio. Y todo eso hará que el gran hueco que antes había, se valla llenando y quede casi cerrado con paciencia, cariño, ilusión hasta dejar un bonito "zurcido" que consiga que todos hablen del Abuelo sonriendo, sin lagrimas, con orgullo.
Hoy solo te puedo decir que se como te sientes y me apena, pero quiero que sepas que como le has dicho a Dani... hoy brilla con mas fuerza que nunca una estrella en el cielo, seguramente junto a otras que también tienen cara y nombre... y casi con toda seguridad los abuelos, los yayos, estén todos juntos y si conozco a esos señores que se dejaban "torear" por nietos e hijos, hoy todos arroparan al abuelo Antonio, le explicaran que todos vais a estar bien, que poco a poco la pena pasa y que el podrá disfrutar de dibujos, de risas, de nuevos miembros de la familia, de otra manera... eso si... vosotros tenéis que poner un poco de vuestra parte y seguir hacia delante con una gran sonrisa aunque duela y arroparos entre todos y dejaros arropar por amigos, familia, risas y cafés, lagrimas y cafés...
Oscar te esperamos mañana, tu puedes traer lagrimas, recuerdos, frases entrecortadas y rabia contenida, dolor y todo lo que quieras sacar...nosotros pondremos el café y prometemos escuchar, comprender y esperar... ya vendrán días mejores Principe.
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