
Como decía la canción, veinte años no es nada.... no cuando reencuentras a un viejo amigo, a un gran amigo con el que compartiste adolescencia, amistad, amor, musica, teatros, viajes, lágrimas, cervezas, risas, buchitos de ron, noches de verbena en la fiesta de la Rama, etc., etc.
Y quizás lo que mas importa sean el etc, etc... porque en muchos ratitos, nos descubrimos, nos sinceramos como solo lo sabes hacer cuando la inconsciencia de los dieciseis, diecisiete, dieciocho años, te hace sentir que tus amigos lo son por encima de todo y para mas inri, consigues que ese amigos te haga sentir que siente lo mismo.
Bueno, pues hoy después de muchisimos años.... casi veinte, he vuelto a tener noticias de un gran, buen amigo: Pepe, el primer cantante que entro en mi vida sin avisar.... despacito, discretamente, con un murmullo se fue haciendo hueco para terminar entonando las mas bellas arias, dejandome embobada con su voz, ya fuese cantando o respondiendo a mis dudas, a mis historias, a mis risas o con sus silencios cuando veía que algo me preocupaba sin tener que hacerlo, o cuando decidía que mi locura era para salir corriendo y en vez de hacerlo decidía quedarse y susurrar una bella balada para calmarme....
Que si, que una con esas edades estaba igual de loca, pero era un piskito mas rápida, mas decidida.... osea que pa dar miedo, en fin... fueron unos años locos, llenos de cosas que recordar y de las que aprender (aunque he de reconocer que jamas me gusto pensar que debía de hacer algo por el simple hecho de que la primera vez saliese mal) de las que contar y de las que callar.
Esas cosas que solo quedan en el recuerdo de una muñequita loca y un apuesto Don Juan.
Gracias por entrar otra vez en mi vida cariño.
Volver...con la frente marchita,las nieves del tiempo platearon mi sien...
Sentir...que es un soplo la vida,que veinte años no es nada,
que febril la mirada,errante en las sombras,te busca y te nombra.
Vivir...con el alma aferradas un dulce recuerdo que lloro otra vez...